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Los casos de lesiones personales por ataques de animales varían en complejidad según las circunstancias de cada incidente. Ciertos casos son claros y simples. Si a usted lo muerde un perro y el dueño sabía que el perro era peligroso y no llevaba al perro con una correa o no lo tenía detrás de una cerca en su jardín, el caso es relativamente sencillo.
Los dueños tienen el deber de controlar a sus animales y proteger a las demás personas de estos, especialmente, si han mostrado agresividad en el pasado y son un riesgo conocido. No tomar precauciones de seguridad adecuadas en ese escenario es claramente negligente y, a menudo, constituye un caso claro de lesiones personales.
Las cosas se vuelven un poco más complicadas si la mascota de la persona no ha mostrado agresividad previamente, o si la persona que fue mordida estaba hostigando o amenazando al animal de alguna manera. Incluso si la amenaza no fue intencional, el comportamiento interpretado como una amenaza por el perro podría transferir parte de la culpabilidad a la víctima, en lugar de solo al perro y al dueño del perro.
Eso no significa necesariamente que no tenga un caso de mordedura de perro si a usted lo mordió un perro que no había mostrado un comportamiento agresivo antes, pero podría hacer que el caso sea más difícil de probar.
Los casos pueden ser especialmente complicados cuando incluyen animales salvajes. Tomemos, por ejemplo, un reciente ataque de un caimán en el Grand Floridian Resort & Spa de Disney World. Este trágico incidente ocurrió el 14 de junio de 2016 y se cobró la vida de un niño de dos años que visitaba el parque con sus padres. La familia de Nebraska estaba disfrutando de la playa de Seven Seas Lagoon, donde Lane Graves construía un castillo de arena, cuando un caimán lo agarró y lo arrastró al agua. A pesar de que el padre del niño, Matt Graves, intentó luchar contra el caimán, el animal logró arrastrar al niño bajo el agua y desapareció.
Hay muchos factores en este caso que podrían ser relevantes en una demanda por homicidio culposo.
La familia Graves decidió no demandar al parque, aunque los abogados creían que un juicio o acuerdo podrían haber dado lugar a una demanda significativa de homicidio culposo.
En Florida, existe un precedente conforme al cual se considera que las víctimas de ataques de animales salvajes son las únicas responsables de sus propias lesiones si ignoran las advertencias, como los letreros de “prohibido nadar”. Si usted ingresa en una propiedad privada después de haber sido advertido del riesgo de animales salvajes peligrosos y es atacado, es muy probable que tenga pocos recursos legales en caso de que sufra alguna lesión por ello.
Sin embargo, si el dueño de una propiedad tiene conocimiento de “peligros latentes u ocultos”, como animales salvajes peligrosos, y no advierte a los invitados, lo que incluye a las personas que estén alquilando la propiedad, podría llegar a ser considerado responsable de los ataques de animales salvajes que ocurran en esa propiedad.1
El Florida Bar Journal publicó un artículo en noviembre de 2017 sobre la responsabilidad de la Asociación de Propietarios (Homeowners’ Association, HOA) por los ataques de animales, específicamente, en relación con el aumento de incidentes de ataques de osos negros. Estos ataques son cada vez más comunes debido al mayor desarrollo residencial en los territorios del oso negro. La combinación de un hábitat que disminuye y una mayor cantidad de basura y otras fuentes de alimentos que hacen que resulte atractivo para los osos invadir las propiedades ocupadas por personas ha tenido como resultado casos más frecuentes de ataques de osos en Florida.2
El diario sugiere varias medidas que las HOA pueden adoptar para reducir su responsabilidad por tales ataques, y el mismo principio se puede aplicar a muchas propiedades en Florida que pueden tener riesgos similares debido a serpientes, caimanes y otros animales salvajes peligrosos.
Si el dueño de una propiedad o una HOA adoptan todas estas medidas, podrían estar exentos de responsabilidad en caso de ataque de un animal salvaje. Sin embargo, si no se advierte a los visitantes invitados que hay animales salvajes peligrosos en la zona y no se recomiendan precauciones, los dueños de las propiedades, incluidos los centros turísticos u otras atracciones turísticas, podrían ser considerados responsables de las lesiones que se causen.