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Existen diversos tipos de compensación, también conocida como indemnización, que pueden ser otorgadas para que una víctima de lesiones corporales se recupere luego de un accidente.
La principal función de la ley de lesiones corporales es prevenir privaciones financieras para las personas que son heridas debido a las acciones negligentes o imprudentes de otra persona, una empresa, o el gobierno.
Si usted o algún ser querido fuera herido a causa de las acciones de alguien más, no debería pagar de su propio bolsillo por los errores de aquél.
La mayor parte de estas restituciones “compensatorias” están basadas en sus costos reales. El pago compensatorio debería cubrir el costo de su tratamiento médico, rehabilitación, cuidado continuo, asistencia de movilidad, y modificaciones del hogar, si queda discapacitado por el accidente.
Los individuos afectados deben ser compensados también por cualquier salario que hayan perdido a causa del accidente. La ley incluso tomará en cuenta las ganancias futuras perdidas o la readaptación laboral si su lesión le impide regresar a su ocupación anterior.
Además de la compensación por pérdidas y daños tangibles, también se le puede compensar por el dolor y el sufrimiento padecidos. Este tipo de pagos están destinados a compensarle monetariamente por daños que no pueden ser cuantificados con un monto específico en dólares.
Si una víctima de lesiones corporales sufrió quemaduras en su cara, brazos y piernas, y queda con cicatrices después de su recuperación, habrá una severa compensación emocional y psicológica por ello. No solo tendrán que ver un doloroso recordatorio de su accidente todos los días en el espejo, sino que también tendrán que lidiar con la percepción alterada de todos los que los rodean.
¿Cómo se puede valorar monetariamente algo como las cicatrices? ¿O al sufrir TEPT después de un accidente grave o del ataque de un animal? No siempre es fácil, pero a menudo los tribunales y abogados lo exigen cuando se otorga una indemnización por dolor y sufrimiento en un caso de lesiones personales.
Hay un montón de tipos distintos de heridas, físicas y emocionales, que califican para recibir una compensación por dolor y sufrimiento.
Poner una valoración sobre este tipo de daños puede ser difícil y es muy específico para cada caso. No todas las personas tendrán los mismos costos personales debido a las diferentes categorías de daños por dolor y sufrimiento. Por ejemplo, no todas las personas lesionadas tienen esposo, esposa, pareja o hijos, en cuyo caso la pérdida conyugal puede no aplicarse a ellos.
Si una persona lesionada era una ávida escaladora y puede demostrarle a la corte que se dedicó cada fin de semana a escalar, una actividad que ya no puede realizar debido a sus lesiones, puede recibir una compensación significativa por esa limitación física. Un escalador que ya no puede escalar sufrirá una gran pérdida de felicidad y satisfacción debido a su lesión, y debe ser compensado en consecuencia.
Cosas como la incomodidad física y el sufrimiento pueden ser difíciles de medir, ya que esas emociones se basan en experiencias y percepciones personales. Los profesionales médicos son consultados con frecuencia o incluso llevados para testificar acerca del nivel de dolor e incomodidad que la parte lesionada puede estar experimentando.
Carrie DeJongh, una esposa de 40 años y madre de cuatro hijos, fue a un centro de salud en Sioux Center, Iowa, para una tomografía computarizada. Antes del escaneo, el médico le inyectó un tinte de contraste para mejorar la calidad de imagen de los resultados de la TC.
DeJongh era alérgica al tinte y entró en shock anafiláctico. El médico no administró epinefrina ni tomó las medidas adecuadas para monitorear sus signos vitales, y DeJongh murió.
La familia presentó una demanda por homicidio culposo contra el médico y el centro médico, y ganó en la corte. Se les otorgaron $1.5 millones por el dolor y el sufrimiento que DeJongh experimentó antes de su muerte. A cada niño se le otorgaron $5.5 millones por la pérdida de sus padres, y al esposo de DeJongh se le otorgaron $6 millones por la pérdida conyugal.
En ese caso, el juez probablemente tomó en cuenta la edad de DeJongh, de los niños, y las actividades que realizaba para el hogar. Si DeJongh hubiera sido mayor, y sus hijos hubieran sido adultos, probablemente la compensación habría sido completamente distinta. Si tuviera más de 70 años, el papel que desempeñaba en su hogar, y el impacto que su muerte habría provocado en la vida de sus hijos, aunque seguiría siendo relevante, no habría sido tan profundo.